La tarde mas fría de invierno, no fue un día cualquiera, tampoco esperado, fue el momento en el que lo vi después de 6 días exactamente, ya empezaba a extrañarlo y notar su ausencia hasta que nos "reencontramos" y sentí nostalgia, me contuve al decir "te extraño" ya que no quería incomodar, como siempre. Largos minutos pasaron, parecía como si hubieran pasado horas hasta que sentí esa presión de sus brazos sobre los míos queriendo darme un beso, me incliné hacia él para corresponderle, fue ese el momento donde dijo "Te extrañé", saliendo de su boca de la nada, y yo sin saber donde esconder la cara, atiné a sonreír. Al segundo reaccionando a mi sonrisa tanto sonrojada, titubeó y dijo "Mucho", "Mas o menos", "Un poquito", sellando lo que dijo con un beso a ojos cerrados, haciéndome sentir el atardecer en mis labios, la caída del sol en mis ojos. Ese naranja rojizo de las 6 de la tarde en mis pómulos combinado con el viento típico de invierno que roza su cabello y termina en mi lengua. Contemplo la dulzura que brota de su boca al decir cosas. Mis sentidos se vuelven sensibles a sus encantos. Esos que decías que jamás lo notaría, y que al final terminaste dando la contraria a tus propios torpes pensamientos del momento. Esos que ni tú pensabas que tenías y yo los descubrí, haciéndome creer una vez mas en ese mito de la persona ideal, esa persona que todos ya perdieron la esperanza de encontrarla pero que en esta fría tarde creo haberla encontrado. Se dice que cuando la hallas puedes ver el destello de su sonreír aún con los ojos cerrados, puedes sentir sus manos acariciando tu cabello aún sin estar con él al lado, o puedes sentir que sus labios juegan con los tuyos con tan solo ver su foto, si sientes todo eso ya encontraste a tu persona ideal, y creo que ya encontré al mio.
